Me parece que José Luis Barrios, autor de “El museo nómada: una mentira disfrazada de arte”, tiene razón en algunas cosas de su artículo, pero en otras me parece que es extremadamente fatalista. Estoy de acuerdo la afirmación de que la exposición Ashes and Snow ha sido utilizada como “propaganda política” por parte de la izquierda que gobierna actualmente la ciudad; y también en el aspecto de que es un espectáculo para la sociedad de masas en la cual vivimos actualmente. Pero no creo que debamos ser tan fatalistas al decir que por el hecho de ser un espectáculo, no pueda ser arte gratuita para las personas que hemos ido a ver dicha exposición. Si bien es cierto que el hecho de que no cobren por entrar, atrae a más personas; también es cierto que la exposición es buena (desde mi punto de vista), y rescata puntos valiosos. Para empezar, me parece que la producción de la escenografía es buena, a mí como espectadora no me importa que esté en el zócalo, mientras me sienta bien estando adentro y realmente me pareció que estuvo a “doc” con el tema de la exposición. En cuanto a las fotografías en sí, el autor dice que el equilibrio y paz de la relación entre el humano y la naturaleza prácticamente es utópica, lo cuál me parece una barbaridad. Siento que Colbert trató de mostrarnos una relación de paz y respeto mutuo no como una realidad de un pasado, sino como una reflexión de la historia entre ambas partes, para que de ese modo tomemos conciencia de lo que podemos hacer hacia el futuro. Y finalmente, respecto a la composición y estética de las fotos, me gustaron, me gustó como juega con la composición entre animales y humanos, los colores tierra que utiliza y el ángulo de la cámara. A mi gusto, son buenas fotos que sí, probablemente tratan de llegar a los sentimientos utilizando herramientas como poner niños en su mayoría, pero que finalmente logran lo importante, expresar por sí mismas. Además, las personas tienen diferentes interpretaciones para la exposición, así que pienso que más que homogeneizar, es una manera cultural de pasar un rato y reflexionar sobre un aspecto de la historia de los humanos. En general, considero al artículo muy pesimista, siendo que la exposición tiene varias cosas rescatables si no se le trata de poner como “La exposición” del año que pretende hacer a la gente la más culta a través de una producción filosófica, como quisiera el autor.
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ASHES AND SNOW
Me parece que José Luis Barrios, autor de “El museo nómada: una mentira disfrazada de arte”, tiene razón en algunas cosas de su artículo, pero en otras me parece que es extremadamente fatalista.
Estoy de acuerdo la afirmación de que la exposición Ashes and Snow ha sido utilizada como “propaganda política” por parte de la izquierda que gobierna actualmente la ciudad; y también en el aspecto de que es un espectáculo para la sociedad de masas en la cual vivimos actualmente.
Pero no creo que debamos ser tan fatalistas al decir que por el hecho de ser un espectáculo, no pueda ser arte gratuita para las personas que hemos ido a ver dicha exposición.
Si bien es cierto que el hecho de que no cobren por entrar, atrae a más personas; también es cierto que la exposición es buena (desde mi punto de vista), y rescata puntos valiosos.
Para empezar, me parece que la producción de la escenografía es buena, a mí como espectadora no me importa que esté en el zócalo, mientras me sienta bien estando adentro y realmente me pareció que estuvo a “doc” con el tema de la exposición.
En cuanto a las fotografías en sí, el autor dice que el equilibrio y paz de la relación entre el humano y la naturaleza prácticamente es utópica, lo cuál me parece una barbaridad. Siento que Colbert trató de mostrarnos una relación de paz y respeto mutuo no como una realidad de un pasado, sino como una reflexión de la historia entre ambas partes, para que de ese modo tomemos conciencia de lo que podemos hacer hacia el futuro.
Y finalmente, respecto a la composición y estética de las fotos, me gustaron, me gustó como juega con la composición entre animales y humanos, los colores tierra que utiliza y el ángulo de la cámara. A mi gusto, son buenas fotos que sí, probablemente tratan de llegar a los sentimientos utilizando herramientas como poner niños en su mayoría, pero que finalmente logran lo importante, expresar por sí mismas. Además, las personas tienen diferentes interpretaciones para la exposición, así que pienso que más que homogeneizar, es una manera cultural de pasar un rato y reflexionar sobre un aspecto de la historia de los humanos.
En general, considero al artículo muy pesimista, siendo que la exposición tiene varias cosas rescatables si no se le trata de poner como “La exposición” del año que pretende hacer a la gente la más culta a través de una producción filosófica, como quisiera el autor.
Atenas López Domínguez
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